48 horas en Marrakech: colores, aromas y atardeceres a ritmo de time lapse

Un fin de semana entre jardines, zocos, palacios y algún felino escurridizo.
Atardecer en Jemaa elFna Marrakech
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48 horas en Marrakech nunca serán suficientes… pero dan para mucho. ¿Las exprimimos juntos?

Aunque es conocida como la Ciudad Roja, lo cierto es que Marrakech es la ciudad de los mil colores. También de los mil contrastes, de los mil sonidos, de los mil aromas

En el momento en que traspasamos cualquiera de las puertas de la muralla que rodea la Medina, nos adentramos en un laberinto de callejuelas entre las que se intercalan plazas, mercados, mezquitas y palacios.

¿El mejor consejo a la hora de visitarla? Dejarse llevar. Caminar sin prisa, detenerse en los detalles, probar la comida local y descubrir la historia que esconde cada una de sus piedras.

Los artesanos del zoco están agrupados por gremios (cesteros, tintoreros,...).

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DÓNDE DORMIR

Antes de arrancar nuestras 48 horas en Marrakech, hemos de elegir alojamiento, y en este sentido, Marrakech ofrece un sin fin de propuestas, desde pequeños riads escondidos en el corazón de la Medina hasta modernos hoteles en Gueliz, la ‘ciudad nueva’.

Comencemos por todo lo alto: La Mamounia, que en 2023 celebró su centenario, es una de las mejores opciones, y uno de esos hoteles que hay que visitar una vez en la vida. Por este palacio, que combina la arquitectura arábigo-andaluza con el estilo Art Déco, han pasado personalidades que van desde Churchill y el general De Gaulle hasta Yves Saint Laurent, Elton John y Paul McArtney, pasando por Chaplin, Edith Piaf y Marlène Dietrich. Una experiencia en sí misma.

Patio Noir et Blanc, La Mamounia.

Alan Keohane

Clásicos como Royal Mansour Marrakech, Four Seasons Resort Marrakech y Mandarin Oriental, Marrakech son también excelentes opciones, sin olvidar el nuevo Nobu Hotel Marrakech.

Si lo que buscas es tranquilidad –e intimidad–, nada como dormir en un riad. L'Hôtel Marrakech, Izza, Villa des Orangers, Le Medina Privilege y El Fenn no te defraudarán.

VIERNES TARDE

18h Si tuviésemos que quedarnos con un lugar de Marrakech, aunque suene a tópico, ese sería sin duda la Plaza Jemma el Fna, una de las más frecuentadas de África y posiblemente de todo el mundo.

Sube a una de sus terrazas para contemplar cómo transcurre la vida mientras el sol se pone tras la Mezquita Kutubia.

Rooftop del Nobu Marrakech.

Nobu

Turistas y locales se mueven a ritmo de time lapse cruzando la plaza en todas las direcciones y sorteando puestos de comida, encantadores de serpientes, bicicletas e incluso el set de rodaje de una película.

La terraza panorámica del Café de la Place es una de las que mejores vistas ofrece junto con la del Café de France, Taj'in Darna, Le Grand Balcon du Café Glacier y Aqua.

Jemaa el-Fnaa, MarrakechGetty Images

20h A la hora de cenar, dirígete a Le Salama, un restaurante ideal para disfrutar de la cocina marroquí en un ambiente que te hará sentir Ilsa en **Casablanca. **Sube a terminar la velada a su sky bar con un cóctel y una sisha. Seguro que no puedes evitar unirte a la danza oriental de sus bailarinas.

SÁBADO

10h La mañana del sábado la dedicaremos a conocer algunos de los rincones históricos más importantes de la ciudad. Para acceder a la Medina, atraviesa la puerta Bab Agnaou –y aunque te alojes dentro de la muralla, merece la pena acercarse hasta aquí– una de las más bonitas de la ciudad, que te llevará directo a la Kasbah.

A tres minutos a pie, junto a la mezquita Moulay El Yazid, están las Tumbas Saadíes, uno de los pocos vestigios de la dinastía Saadian y una de las joyas de Marrakech.

Puerta Bab Agnaou, Marrakech.Getty Images

El mausoleo principal cuenta con tres salas, siendo la más famosa la Sala de las Doce Columnas, que alberga la tumba del sultán Ahmad al-Mansur y sus herederos. Las columnas de mármol blanco están coronadas con una gran cúpula que es imposible dejar de contemplar.

Mires donde mires, la sensación es la de estar hipnotizado ante tanta belleza: los cielorrasos tallados en madera de cedro, los azulejos esmaltados de las paredes, los frisos con inscripciones del Corán, estucos de nido de abeja…

Las Tumbas Saadíes están abiertas de lunes a domingo de 8:30 a 11:45h y de 14:30 a 17:45h. y el precio de la entrada es de 70 dh (6,45 euros).

Tumbas Saadíes.Getty Images

Nos dirigimos ahora al Palacio El Badi, cuyo nombre significa “Palacio de lo incomparable”. Se trata de un conjunto arquitectónico de finales del siglo XVI construido por el sultán saadí Ahmed al-Mansur Dhahbi para conmemorar la victoria en la batalla de los Tres Reyes.

Lo que se puede visitar en la actualidad es una gran extensión de jardines amurallados rodeados de pabellones y una terraza desde la que observar la ciudad. Abierto de 9 a 17h. Entrada: 70 dh (6,45 euros).

Tanjia (o tagine), un plato tradicional que lleva el nombre de la olla de barro en la que se cocina.Getty Images

14 h. No muy lejos del Palacio El Badi, en la Mellah, el antiguo barrio judío de la ciudad, está la Place des Ferblantiers (Plaza de los Hojalateros), un pintoresco lugar repleto de tiendas donde los artesanos exponen y venden lámparas, espejos y otros objetos decorativos.

En la parte superior de los edificios que albergan los talleres artesanos hay bares y restaurantes donde encontrarás buenas opciones para la hora de comer. Uno de ellos es Le Tanjia, un acogedor restaurante donde degustar algunos de los platos típicos marroquíes.

Cada uno de sus tres pisos está decorado al más puro estilo oriental, con fuentes en cada una de las estancias, pero te recomendamos que subas a su terraza con vistas a la Medina.

¿Qué pedir? El plato tradicional de Marrakech, la tanjia. Se trata de una receta a base de carne sazonada y almacenada en una olla de barro de nombre homónimo. La tanija se cocina durante horas en los hornos de los hammans locales.

El Palacio de la Bahía, cuyo nombre significa "brillantez".

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16h. Después de comer, caminaremos hasta el Palacio de la Bahía, situado a pocos pasos de la Place des Ferblantiers. Se trata de una de las obras maestras de la arquitectura marroquí, construido a finales del siglo XIX por encargo de Ahmed ben Moussa, visir del sultán Abdelaziz.

El palacio, cuyo nombre significa “el bello” o “la bella”, ocupa nada menos que ocho hectáreas, tardó seis años en construirse y en él trabajaron algunos de los artesanos más importantes del país.

El gran Patio de Honor, cubierto de mármol y mosaicos es uno de los atractivos más fotografiados del palacio. Se puede visitar de lunes a domingo de 9 a 17h.

18h. El resto de la tarde del sábado la dedicaremos a callejear por las laberínticas calles del zoco, sortear algún que otro felino escurridizo y practicar el ancestral arte del regateo.

El zoco de Marrakech, que en realidad es un conjunto de muchos zocos, se encuentra situado entre la Plaza de Jemaa El Fna y la Madraza Ben Joussef.

Medina, Marrakech.Getty Images

Puedes comenzar tu aventura desde el norte de la Plaza de Jemaa el Fna e ir explorando los distintos puestos de ropa, comida, babuchas, lámparas, bolsos, decoración de todo tipo, instrumentos musicales, alfombras, etc.

Primero atravesaremos una zona bastante turística donde las tiendas de babuchas se alternan con puestos de souvenirs donde hacer alguna compra de recuerdos de última hora como un imán de una puerta, una figurita de madera en forma de camello o un llavero con la mano de Fátima.

Una vez pasado este tramo, habremos llegado al verdadero corazón del zoco de la Ciudad Roja. Es imposible visitar todos, pero para elegir puedes tener en cuenta qué se vende en cada uno de los zocos, ya que están agrupados por gremios.

Los colores del zoco.Getty Images

Aunque no vayas a comprar nada, una parada obligatoria es el zoco de los tintoreros (Sebbaghine), donde pasear y curiosear entre tejidos de todos los colores, colgados en los talleres que todavía practican el proceso de teñido tradicional.

En el zoco Rahba Kedima, situado en la plaza de la que recibe su nombre y que significa plaza de las especias, podemos adquirir dulces y productos de alimentación así como especias, ungüentos, jabones, khol, etc.

El zoco de las pieles (Btana) es el mercado donde se venden pieles para trabajar (cabra, vaca, oveja…). Zrabia agrupa los puestos de alfombras, Siyyaghin es el zoco de las joyas, al que siguen las Alcaicerías (destinada a la venta de ropa).

Callejear por el zoco de Marrakech: ¡no puedes marcharte sin hacerlo!Getty Images

El zoco Smata o zoco de las babuchas está a pocos pasos de la famosa escuela corácnica Madraza Ben Youssef. Aunque hay tiendas de babuchas repartidas por toda la medina, verlas agrupadas una tras otra con cientos de pares uno tras otro es un verdadero espectáculo.

Fíjate bien si se trata de babuchas para caminar por la calle o para estar en casa. El precio variará mucho dependiendo de si están pegadas o cosidas, toma como referencia unos 9 o 10 euros.

En Kimakhin encontrarás instrumentos musicales, Chouari alberga la zona de cestería y si lo que buscas son objetos de cobre y latón debes dirigirte a Nahhasin y Addadine. Si las compras te han dejado agotado, nada como volver a la Plaza Rahba Kedima y tomar un té con menta en la terraza del Café des Épices.

Madrassa Ben Youssef, Marrakech.Getty Images

Como colofón del recorrido, entre en la Madraza Ben Youssef, la medersa más importante de Marrakech, una joya arquitectónica mandada construir por el sultán Abdullah Al-Ghaleb Assaadi.

La madraza (también conocida como madrasa o madersa) era una escuela musulmana especializada en estudios religiosos, dedicada a la transmisión de conocimientos y a la enseñanza de materias tales como teología, estudios coránicos, derecho, filosofía, astronomía o literatura.

Abre todos los días de 9 a 19h y en ella podrás sumergirte en una época fascinante donde florecieron el arte, el conocimiento y la cultura.

Moroccan Lounge & Restaurant, La Mamounia.Alan Keohane

20h. Para la cena de hoy, hemos reservado en uno de los restaurantes más bonitos de la ciudad: Le Morocain, ubicado en el corazón de los jardines de La Mamounia. Se trata de un riad de tres plantas cuya cocina está liderada por el chef Rachid Agouray y donde podrás disfrutar de una cena a la luz de las velas con el murmullo del agua de fondo y el sonido de instrumentos tradicionales como el laúd.

El viaje gastronómico comienza con una sopa marroquí llamada harira, servida con dátiles, chbakias, miel y pastas de sésamo. A continuación acertarás con cualquiera de los cous cous de la carta al igual que con la pastilla, un hojaldre relleno que se sirve como entrante (y que contiene carne de pollo o paloma, vegetales y especias).

Como platos principales, el cordero y la dorada son algunas de sus especialidades. No te pierdas tampoco los postres firmados por Pierre Hermé, cuya tienda puedes visitar también en el hotel y llevarte una de sus dulces joyas –de hecho los pasteles están dispuestos en vitrinas como si de diamantes se tratase–.

Le Jardin Majorelle, Marrakech.Getty Images

DOMINGO 10h. El domingo por la mañana nos desplazaremos hasta Gueliz, conocido como la ciudad nueva, para visitar el Jardín Majorelle y el Museo de Yves Saint Laurent.

El artista francés Jacques Majorelle hizó construir en 1924 este hermoso espacio botánico y creó el color azul Majorelle. El jardín se abrió al público en 1947 y después cayó en abandono hasta que en 1980 Yves Saint Laurent y Pierre Bergé fundaron la 'Association pour la Sauvegarde et le Rayonnement du Jardin Majorelle' y restauraron por completo el complejo incorporando nuevas especies de plantas.

Pasear pos sus caminos rodeados de cactus, buganvillas, palmeras, nenúfares, bambús, jazmines, yucas; disfrutar de sus fuentes y arroyos, descubrir los pájaros que allí habitan y conocer el Museo de Arte Islámico de Marrakech es todo lo que puedes hacer sin salir de Le Jardin Majorelle.

El Jardín Majorelle está abierto todos los días de 8 a 17h (último acceso a las 16:30h).

Museo Yves Saint Laurent, Marrakech.Getty Images

12h. Al final de la Rue Yves Saint Laurent encontramos el museo dedicado al célebre couturier. El edificio, de 4.000 metros cuadrados, alberga una exposición permanente dedicada al legado de Yves Saint Laurent y abre todos los días (excepto los miércoles) de 10 a 18h (último acceso a las 17:30h).

También alberga una biblioteca con más de 5.000 volúmenes, un auditorio, una librería y una cafetería con una acogedora terraza que constituye un verdadero oasis digno del propio Yves.

La Trattoria, Marrakech.La Trattoria

14h. Y ya que estamos en Gueliz y que hemos probado todos las especialidades existentes en el recetario marroquí, vamos a decantarnos por La Trattoria, posiblemente el mejor restaurante italiano de Marrakech.

Una villa de los años 30 en la que el estilo marroquí se mezcla con el art decó en torno a una piscina rodeada de plantas que forman un verdadero jardín del Edén en mitad de la zona moderna.

En la mesa se respeta la tradición italiana ofreciendo deliciosas pastas y risottos. No dejes de probar la especialidad de la casa: gambas al limoncello.

+61.+61

Igual de recomendable, y también ubicado en Gueliz, es +61, el restaurante de Cassandra Karinsky y Sebastian de Gzell que refleja el estilo de vida australiano y combina los vibrantes sabores del Mediterráneo, Oriente Medio y el sur de Asia. Elaboran su propio pan, la pasta, el queso y el yogur todos los días y trabajan en estrecha colaboración con agricultores bioorgánicos locales para obtener el resto de ingredientes y productos.

Además, las cerámicas y muebles están hechos a mano por artesanos locales, creando un espacio relajado y minimalista donde degustar su delicioso menú, que cambia periódicamente según la disponibilidad estacional. Ahora mismo, no te puedes perder la tarta salvaje de rúcula, ricotta y espinacas; los tagliatelle con gambas y almejas; y el pescado del día acompañado de coco, tamarindo, guisantes y patatas.

Jardines de la Menara.ONMT

Y PARA UN FIN DE SEMANA LARGO O UN PUENTE…

Si has aprovechado para visitar Marrakech durante un puente, has venido para una semana o has perdido –accidentalmente o no– el avión, te proponemos algunas actividades para exprimir la Ciudad Roja al máximo.

  • Excursión en globo

La mayoría de alojamientos ofrecen esta excursión, con empresas como Ciel d’Afrique o Marrakech by Air . Tras un trayecto de unos 40 minutos llegarás al aeródromo donde se servirá un té marroquí mientras ves la preparación del globo.

El ascenso se realiza antes del amanecer, para ver como el sol aparece poco a poco sobre las montañas del Atlas. Al finalizar el vuelo podrás disfrutar de un auténtico desayuno bereber.

  • Los Jardines de la Menara

Son otra agradable visita si tienes tiempo de sobra. La mejor hora para visitarlos es al atardecer, cuando el sol cae sobre su gran estanque. Abierto todos los días de 8 a 17h, entrada gratuita.

Petanque Social Club Marrakech.Fernando Marroquin
Petanque Social Club Marrakech.Fernando Marroquin
  • Petanque Social Club Marrakech

Ubicado en Gueliz, Petanque Social Club Marrakech es el resultado de la restauración de un club de petanca de la década de 1930. El lugar fue descubierto por Kamal Laftimi, el restaurador que cuya firma también está detrás de espacios como Nomad, Le Jardin y Café des Epices. El estudio Diego & Alexeja, con sede en Ibiza, ha sido el encargado de transformar el espacio en un oasis urbano de aires Art Déco para las mentes creativas de la ciudad. ¿Lo mejor? No hace falta ser miembro para acceder al interior y deleitarse con esta fusión de arte, comida y música hasta bien entrada la noche.

  • Un hamman

Si lo que quieres es relajarte al más puro estilo marroquí, déjate mimar en uno de los muchos hammanes que hay repartidos por la ciudad, como Dar el-Bacha, Les Bains de Marrakech, Les Bains d'Azahara y Ziani.

¡Una forma diez de finalizar un viaje diez!

Vista panorámica de Marrakech.Getty Images

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