Llega 2024; llegan nuestros nuevos planes de viaje. Y, este año, con el precio de la vivienda, los alimentos y la electricidad aún encarecido, parece que buscaremos destinos de costes lo más ajustados posible. En la encuesta de tendencias de viajes de Booking de 2024, por ejemplo, se aprecia que un 62% de los participantes considera el precio uno de los motivos más limitantes para planificar un viaje, optando por viajar en temporada baja si es necesario. Pero, también, cambiando esos ‘grandes destinos’ de toda la vida por otros más cercanos, tranquilos o baratos, e igualmente satisfactorios.
“Más de un tercio (36%) de aquellos que tienen intención de salir de vacaciones en los próximos tres años está planificando ahorrar tiempo y dinero al tener una experiencia similar gracias a un ‘destino sustitutivo’”, se lee en el estudio de Futuras Tendencias de Viaje en 2024 de la cadena de hoteles Marriott Bonvoy, llevado a cabo en colaboración con la agencia especializada en pronósticos de futuro The Future Laboratory.
El trabajo ha analizado los planes de viaje de 14.000 viajeros de Europa y Oriente Medio para los próximos tres años, y lanza otras interesantes conclusiones, como que el ‘turismo lento’ (ese en el que es más importante descansar y conectar auténticamente con el destino que acumular hito tras hito turístico) será clave a la hora de viajar este 2024.
DESTINOS MÁS ASEQUIBLES Y CALMADOS, PERO IGUAL DE APASIONANTES
De esta manera, desde Marriot Bonvoy apuntan a que Praga podría sustituir a París como destino de moda, pues, pese a contar con un panorama monumental también bien nutrido y fotografiable, unas vacaciones en la ciudad checa resultan mucho más baratas en comparación. Un almuerzo en un restaurante de precio asequible en la capital francesa, por ejemplo, ronda los 16 euros, mientras que no llega a los nueve en Praga. Sucede algo similar con la cerveza, que cuesta unos siete euros en París y menos de 2,50 en Praga.
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La comparación surge de la web Numbeo, que lleva desde 2009 proporcionando datos para poder comparar el coste de vida en varios lugares del mundo. Allí también encontramos que, efectivamente, unas vacaciones en Amberes (Bélgica) resultan algo más baratas que en Ámsterdam, otra de las propuestas de Marriot Bonvoy. Pero, sobre todo, bastante más tranquilas.
Agazapada durante largo tiempo bajo la alargada sombra de Gante y Brujas, la ciudad belga hace tiempo que se revela como lo que es para los connaisseurs: una urbe cosmopolita en la que la fusión entre pasado y presente ofrece un buen número de fascinantes atracciones. Se trata, pues, de una joya escondida, pero cercana -se encuentra a poco más de dos horas en avión desde España- que destaca, más que por sus precios bajos (lo son en artículos específicos, como la cerveza) por no ser tan ajetreada como la capital de los tulipanes.
La siguiente propuesta de la cadena hotelera sí que tiene mucho más sentido: habla de surfear en las playas de Portugal en lugar de hacerlo en Hawái. Pueblos como Ericeira, Peniche o Nazaré son auténticas mecas del surf reconocidas a nivel mundial, a lo que se unen las costas del Algarve y de las islas portuguesas. Solo por la cercanía, ya es evidente que viajar al país vecino resulta mucho más asequible que a Estados Unidos. Y puede resultar igual de maravilloso, pues poco tienen que envidiar a Hawái los paisajazos de Portugal.
Por último, desde Marriot Bonvoy aconsejan visitar Marruecos en lugar de Dubái. Aunque es evidente que el país resulta mucho más asequible que el emirato, también es cierto que ambos no son muy similares, pese a que Dubái cuente con lugares ‘tradicionales’ (como sus medinas y zocos centenarios), y que en Marruecos sea posible visitar modernas zonas de lujo, como los barrios de Guéliz y Hivernage en Marrakech. Eso sí, si lo que te va es el surf y ya te sabes de memoria la costa de Portugal, puedes viajar a pueblecitos como Anza o Essaouira en el norte de África, para disfrutar de jornadas de olas únicas.
¿Más ideas? Se nos ocurre sustituir las pistas de esquí suizas por las de Georgia, por ejemplo. Al tener menos visitantes que Los Alpes, sus complejos turísticos, así como sus pistas, son oasis de tranquilidad, casi vírgenes y mucho más asequibles: piensa que un menú barato en Suiza ronda los 17 euros, mientras que se sitúa en torno a los ocho en Georgia (según datos de Expatistan).
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Tampoco echarás de menos la naturaleza canadiense viajando al Parque Nacional de Ordesa y Monteperdido, cuyos paisajes de impresión incluyen tres caudalosos ríos Ara, Arazas y Bellós que discurren entre espectaculares montañas de roca caliza -entre las que destaca el macizo de las Tres Sorores, el macizo calcáreo más alto de Europa-, creando dramáticos cañones, misteriosas cuevas y simas e impresionantes cascadas. Tampoco olvidemos sus grandes extensiones boscosas a distintas altitudes, sus vastas praderas y su rica, colorida y diversa flora y fauna, lo que acaba de pintar un destino excepcional que nada tiene que envidiar a Canadá.
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