10 cosas que hacer en Río de Janeiro (pero hazlas)

Nos hemos inventado que son diez pero podrían ser mil porque… Río de Janeiro no acaba nunca. ¿Quieres ver por qué?
Río de Janeiro día de playa
Vinícius Rocha, @vinicomfritas

Dicen de ella muchas cosas y ahí sigue ella, impasible, sugerente, sexy, despreocupada. Río de Janeiro es una ciudad que tumba prejuicios desde que la pisas porque tú puedes pensar lo que quieras antes de ir, que ella acabará haciendo que te rindas a sus encantos. Encontrará la manera. Aquí las diez cosas que hacer, sin dudarlo, en Río.

En Río bailarás, eso seguro.Vinícius Rocha

IR A BAILAR SAMBA

La fiesta está en la calle. La fiesta es por todo y para todos —y eso la distingue de otras ciudades en las que el ocio queda reservado a determinados espacios. En Río de Janeiro se inundan las aceras de ritmo. Te enamorarás de las escena más pintoresca del mundo en Bip Bip, un local de Copacabana en el que tocan samba por la noche en el que te compras cerveza que tienen en una nevera y se para la calle para escucharlos y verlos en ese cuadradito de colores.

De viernes a lunes puedes ir a Pedra do Sal y sentirte en la feria de un pueblo: al centro de la plaza un grupo en directo, alrededor centenares de personas disfrutando y en los lados pueblecitos de caipirinha para que disfrutes. Y, sin duda, el sábado pásate por Armázem do Senado a las 4 de la tarde: en pleno centro de Río se arma un jolgorio que atrae a niños, mayores, jóvenes, familias, grupos, parejas. Todos entran en la fiesta de ese local que te vende igual papel higiénico que sirve copas y platos tradicionales. Los ventanales gigantes emanan sol, color y música.

Acaba tomando algo en Labuta, el sitio cool por excelencia, pegado a la samba y con sillas de playa ocupando el asfalto y parando la calle por celebración de la vida. Tienes que vivirlo para saber de que te hablo.

Pão de Açucar (vista do Mirante do Pedrao).Vinícius Rocha

SUBIR A DOIS IRMÃOS:

El morro de Dois Irmãos es la montaña que se ve desde la playa de Ipanema y una de las siluetas más reconocibles y fotografiadas de Río. Subirla es divertidísimo porque todo empieza en la plaza de Vidigal, allí coges una moto taxi que te lleva por la comunidad a toda velocidad y te deja en la entrada del parque natural con la adrenalina perfecta para la subida. Son unos 45 minutos recorriendo la montaña entre árboles, la melodía de los pájaros, animales y naturaleza salvaje. Yo también me pregunté cómo podía estar esto tan cerca de la ciudad. Cuando llegas arriba la vista es espectacular, algo a la altura del cansancio. Ves las playas extenderse a lo largo, el Cristo Redentor, el lago y esa forma tan peculiar en la que está distribuida Río, nada lineal, nada uniforme.

A la bajada vete hasta la playa de São Conrado, muy concurrida por locales y surferos, y tómate un coco en Soga mientras te tiras al agua exactamente así: de carrerilla y sin pensar. Está caliente y te aliviará todo el calor de la excursión. En la orilla te darás cuenta de la belleza del otro lado del morro que acabas de subir y te chocarás con decenas de grupos jugando a la altinha, un juego en el que el balón no puede tocar el suelo y no puedes usar las manos.

En la playa a todas horas.Vinícius Rocha

PASEAR Y PASEAR: IPANEMA, EL BOTÁNICO, EL PARQUE LAGE

En la playa de Ipanema pasa todo, confluye el calor y el refresco y en la tarde se pone especialmente bonita cuando la luz empieza a insinuar el fin de la jornada. Te diría que te perdieses, entrases a la Librería Travessa, te hicieses con algún ejemplar en portugués —por qué no intentarlo— y acabases sentado en la orilla viendo el sol caer. Habrá gente corriendo, otros muchos seguirán apoltronados en las sillas y sombrillas de colores absorbiendo cerveza fría o caipirinha y otros estarán esperando la noche en el agua. ¿Cómo no desear estar ahora mismo allí?

Atravesar el Botánico, quedarte leyendo en uno de sus mil bancos y acabar tomando café en Absurda Confeitaria o desayunar en Slow Bakery y acabar leyendo en el Parque Lage bajo la atenta mirada del Cristo Redentor también son dos paseos que merecen la pena.

Moda brasileña, siempre (Gansho).Vinícius Rocha

APOSTAR POR LA MODA BRASILEÑA

La moda brasileña es pura energía: una oda al color, a la fantasía y al cuidado por las formas que favorecen tu cuerpo. Una inmersión divertida por marcas de las que nunca oíste hablar es, definitivamente, también una forma de absorción de la cultura local. La ropa que usamos comunica y en Farm Rio quieren llevar el encanto de Río a todo el mundo pero su versión brasileña sólo la tienen allí y en su Casa Farm tienes dos pisos únicos de colores. Osklen nació de un viaje de Oskar Metsavath, médico, a la Patagonia en el que se confeccionó su propia ropa. A partir de ahí nació uno de los imperios de la moda brasileña, diseños minimalistas, texturas especiales y prints eclécticos. Pano, un showroom pequeñito lleno de prendas perfectas para la playa o para ser la más cool de la calle: tienes que tocar el timbre para entrar. Brir tiene pendientes y collares que elaboran artesanas. Y si te apetece ir con algo distinto: compra las telas para decorar de los chicos de Voador Tecelagem: tapetes voadores para decorar paredes tristonhas.

De fiesta en Santa Teresa.Vinícius Rocha

PERDERSE POR SANTA TERESA

Santa Teresa es uno de los barrios más antiguos y bohemios de Río, situado a lo alto de una colina recorrerlo es perderse entre casas antiguas, bares clásicos, otros renovadísimos y hotelazos con vistas. Las caipirinhas estratégicas te esperan en Aprazível, un lugar entre árboles desde el cuál divisar la ciudad entera. Las pizzas están riquísimas en Zola (con un patio interior que es una sorpresa) y hay dos hoteles en los que, muy posiblemente, querrías quedarte a vivir: ‘Mama Ruisa’ y ‘Casa Geranio’. Ambos comparten la peculiaridad de ser antiguas casas reformadas con pocas habitaciones y decoradas hasta el más mínimo detalle. Desde Mama Ruisa se ve el Pan de Azúcar desde el lobby que más bien parece el salón de una casa de diseño; desde Casa Geranio te sumerges en una piscina con vistas al centro de Río.

Feira do Lavradio.Vinícius Rocha

IR A LA FERIA DE ANTIGÜEDADES DE PRAÇA XV

Los sábados en la Praça XV montan un mercadillo de ropa, vinilos, decoración y cualquier cosa que se te ocurra. Hay centenares de paradas para que pases la mañana curioseando. Es el lugar perfecto para hacerte con algunos objetos más especiales, para dejarte llevar por la música, negociar un poquito y, si te apetece, acabar pasándote por alguna expo que tenga el Centro Cultural Banco do Brasil (CCBB), que además es precioso de visitar y tiene dentro la famosa Confeitaria Colombo.

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Deporte y culto al cuerpo en Ipanema.Vinícius Rocha

HACER DEPORTE EN LA PLAYA A LAS 7AM

La playa a primerísima hora es el ‘place to be’, hay que pisarla, pasearla, salir a correr, a patinar, beberte un coco helado y, si te animas, unirte a algunos grupos de entrenamiento: su ‘volley’ con los pies, que se llama ‘fútvoley’ y otros de entrenamiento funcional conviven con la ciudad despertándose. Es imposible no contagiarse de las ganas de estar en movimiento y empezar el día con los rayos de sol sobre la piel.

De boteco en boteco, Río.Vinícius Rocha

COMER EN BOTECOS

Los botecos son los sitios de comida típicos cariocas: normalmente pensados para tapear y compartir distintos platos, aunque hay algunos, como el Bar do Mineiro, dónde hay que ir a comer feijoada (idealmente un día que haga algo más de fresco o llueva). Lo que más me gusta de los botecos es la convivencia entre los locales, los habituales, y el resto de grupos. En la barra hay quiénes ya saben lo que van a pedir y después estamos el resto adivinando qué pasteis (empanada) nos apetece, croquetas o dados de tapioca. Mis favoritos: Boteco Rainha, Adega Pérola o Pavão Azul.

CEDILHA BAR en Leblon.Vinícius Rocha

SALIR UNA NOCHE DE JUEVES EN BOTAFOGO O BAIXO DA GÁVEA

Una noche de jueves en Río puede pasar cualquier cosa buena. Mis barrios favoritos para salir son Botafogo y Baixo da Gávea, en ambos te aseguras la diversión. Botafogo es el nuevo barrio cool, cenarás en Chanchada y morirás de amor con su carne asada o su sandwich de linguiça (salchicha) y acabarás tomando cócteles en Calma o en el Quartinho. En Baixo da Gávea el plan puede empezar en el Braseiro da Gávea o en Brewteco y continúa estrictamente en la calle. La acumulación de gente lleva a cortarla y tú probablemente pensando en que el viernes es mejor no trabajar.

Ay, el Carnaval.Vinícius Rocha

IR AL CARNAVAL EN FEBRERO

Podría extenderme mucho en por qué deberías ir al carnaval pero será más sencillo volver a la crónica sobre lo que viví.

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Si paseas por Río y preguntas todos coinciden en llamarla la cidade maravilhosa. Después de estar allí yo creo que se quedan cortos. Ahí sigue ella, esperando a que la visiten con la erótica que confiere la naturalidad: esa que no está buscando pero lo encuentra todo.

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