El primer museo dedicado al arte prohibido está en Barcelona

El Museo de Arte Prohibido de Barcelona reúne cientos de obras de arte que han sido prohibidas, censuradas o atacadas.
‘Mc Jesus deJani Leinonen
Museo de Arte Prohibido de Barcelona

El propósito del arte ha sido objeto de debate y reflexión a lo largo de la historia, un tema para el que no hay una respuesta única o definitiva. Para muchos es sencillamente una expresión de las emociones, pensamientos y experiencias del artista; para otros, la búsqueda incansable de la belleza estética, un puro placer sensitivo para el espectador. Hay quienes incluso van más allá y lo califican como un medio para analizar temas complejos o despertar el pensamiento crítico. Sea como fuere, las obras de arte siempre provocan algún tipo de efecto en el observador. Pero, ¿qué ocurre cuando quien observa se siente incomodado y tiene la autoridad suficiente como para frenar su difusión? Efectivamente, que son censuradas, prohibidas o silenciadas desde las estructuras de poder.

‘Lena, London’ (2018), de Zanele Muholi.

Museo de Arte Prohibido de Barcelona

Esto precisamente es lo que le sucedió a la obra Presos políticos en la España contemporánea de Santiago Sierra, censurada y retirada en 2018 de la exposición de ARCO, la Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Madrid, para “tratar de alejar de su desarrollo los discursos que desvíen la atención del conjunto de la feria”. Una veintena de fotografías en blanco y negro que pocas horas antes habían sido adquiridas por el periodista y empresario Tatxo Benet y que son el germen del Museo de Arte Prohibido de Barcelona, que a día de hoy reúne más de 250 piezas, de las cuales solo hay una pequeña parte expuestas en La casa Garriga Nogués que ocupa.

LA COLECCIÓN PROHIBIDA

Un total de 42 piezas componen la muestra que se reparte por las diferentes estancias del edificio, una joya arquitectónica de Enric Sagnier ubicada en L’Eixample. “La única condición es que hayan sido prohibidas, censuradas o agredidas”, tal y como explica Lídia Penelo, responsable de comunicación del museo. “Hemos hecho un esfuerzo para plasmar en la pared la causa de censura y prohibición que acompaña a las obras, porque para nosotros es tan importante la propia pieza como aquello que le ha sucedido”.

Ver fotos: los 38 cuadros que hay que ver antes de morir

Por ello, además de los anexos asociados a cada obra, desde recortes de prensa hasta vídeos y proyecciones, existe la posibilidad de conectarse a través de un código QR a una completa guía digital con la que completar la información.

‘Silence Rouge et Bleu' (2014) de Zoulika Bouabdellah.

Museo de Arte Prohibido de Barcelona

Formada por pinturas, esculturas, grabados, fotografías, instalaciones y obras audiovisuales creadas, en su mayoría, durante la segunda mitad del siglo XX y el siglo XXI, la colección incluye obras de Picasso, Goya (con Los Caprichos incomodó a la Inquisición) y Klimt, pero también de artistas contemporáneos como Andrés Serrano y su controvertido Piss Christ (1987), Tania Bruguera y su Plusvalía (2010), inspirada en el robo del cartel “Arbeit macht frei” (el trabajo os hará libre) que se encontraba en la entrada del campo de concentración de Auschwitz o Ai Weiwei, cuyo Filippo Strozzi in Lego, el banquero florentino que se opuso a la familia Medici en el Renacimiento, ocupa un lugar destacado.

La lista continúa con la Cajita de fósforos (2005) de Mujeres Públicas que reza “La única iglesia que ilumina es la que arde”, la escultura protagonizada por nuestro rey emérito Not dressed for conquering / HCO4 Transport de Ines Doujak (2010) y muchas otras obras que han perturbado con su presencia y significado el, a veces tan complaciente y previsible, mundo del arte.

Ver más artículos

SUSCRÍBETE AQUÍ a nuestra newsletter y recibe todas las novedades de Condé Nast Traveler #YoSoyTraveler