Hotelísimos: Palaffite, frente a la eternidad turquesa
Vinimos aquí, hasta este hotel sobre el lago, en busca de una vida sin tormentas. Eso, claro, es imposible. Pero nos pasó algo mejor: encontramos la nuestra.
Despropósitos: que han vuelto los 2000
No es la música lo que echamos de menos. Ni la música, ni las pelis, ni los conciertos, ni las primeras veces. Pero sí la mirada. Mirar el mundo con amargura es perder la partida. En realidad solo importa la ilusión.
Hotelísimos: Le Narcisse Blanc, ese París no tan obvio
Cléo de Mérode fue bailarina de la Ópera de París y también musa de Paul Klee, Degas y Toulouse Lautrec. La llamaban, ojo, el narciso blanco.
Despropósitos: los 44 no son los nuevos 24
Haz lo que rote, no te guardes nada, nadie pensará en las veces que hizo el ridículo cuando llegue el final, darán igual entonces las opiniones ajenas, el qué dirán, lo que esperan de ti.
Hotelísimos: Sanders, esa belleza que no ciega
Patear Copenhague, comer bien y beber mejor, deambular por su centro histórico cogiditos de la mano, construir pequeñas rutinas, hacer nuestra esta ciudad fascinante.
Despropósitos: siempre piden los que no dan
A mí, la verdad, a estas alturas no me importa que me pidan. Para eso estamos, narices: para ayudarnos. Hoy por ti y mañana por mí.
Hotelísimos: Ett Hem, calorcito en Estocolmo
Esa extraña sensación de volver a casa tras un largo viaje, aire limpio, una taza de café caliente. También eso (o quizá exactamente eso) es lo que hace que un hotel sea un hotelísimos: ser cobijo cuando fuera hace frío.
Despropósitos: yo no fluyo
Por un momento me planteé, yo qué sé, unos días de “desconectar para conectar”, pero me vino a la cabeza la segunda parte de ‘Midsommar’ y mira, no.
Hotelísimos: Marqués de Riscal, nada importa más que la memoria
Tengo clarísimo que pasarán los años y Marqués de Riscal seguirá iluminando Elciego; ya no imaginamos el paisaje riojano sin este milagro.
Despropósitos: me aburro de mí mismo
Repaso sin muchas ganas la lista de propósitos que hice a comienzos de este dos mil veintitrés un poco tontorrón; soy un profesional en esa tarea titánica: no cumplir con casi ninguno.
Hotelísimos: Lefay Dolomiti, perderse aquí
En la habitación crepita el fuego, por la mañana una taza de café calienta mis manos, saber donde estás. Es lo único importante.
Despropósitos: que no, que no voy a cenas de Navidad
No hay mayor despropósito que vivir la vida de prestado, malgastando el tiempo (tu bien más preciado) con personas que no te ven, no te escuchan y no te abrazan como si el mundo se acabase mañana.
Hotelísimos: Dromoland Castle, ¿cuándo volvemos?
Dromoland Castle es el hotel más imponente de Irlanda, alzado en piedra gris a lo largo del siglo XVI como una fortaleza militar, hogar de la nobleza gaélica.
Despropósitos: nadie es quien parece
Nos pasamos la vida adulterando a las personas que queremos, falsificando quienes son en realidad para que encajen en la percha que nosotros necesitamos.
Hotelísimos: The Forest Side, sé que nunca olvidaré este viaje
The Forest Side, en Lake District, es una antigua granja que se yergue imponente sobre un valle cubierto de brezales, líquenes, arroyos de agua clara.
Despropósitos: si tan solo es cocina
A la gastronomía ya tan solo le pido una cosa: ratitos buenos.
Hotelísimos: Villa San Michele, porque todos viajamos para entender
Villa San Michele, A Belmond Hotel, fue un monasterio franciscano del Fiesole entregado ahora al placer del huésped entre olivos, limoneros y encinas.
Despropósitos: ODIO viajar
Me ha costado una vida sentirme a salvo, saberme esperado; me ha costado una vida llamar hogar a lo que antes tan solo era embajada. También para eso sirve viajar. Para valorar lo que tienes.
Hotelísimos: St. Regis Mardavall, donde hay amor no hay oscuridad
Por St. Regis Mardavall deben de pasar cientos, miles de clientes cada año. Recuerdo aquí uno de los mantras de Hotelísimos: espacios donde el detalle es soberano, lugares donde ser.
Gastronomía
Los mejores restaurantes de Mallorca
Repasamos las tabernas, casas de comidas, restaurantes y bares donde disfrutar de las mejores comidas de la isla.