Mientras avanzábamos a bordo de un taxi por Rue des Mathurins en el corazón del 8ème arrondissement, pensaba en lo pretencioso de comenzar a desentrañar los códigos de Hôtel de Pourtalès sabiendo que su sky penthouse paraliza el tiempo. En ese instante, desee no haber contemplado las fotografías de un paraje que se dispone a encapsular el lujo discreto y la contemporaneidad en el sofisticado barrio de Madeleine. Desee no haber sabido que en cuestión de segundos sería lo suficientemente afortunada de verme envuelta por una de las vistas más inspiradoras de París. Tal vez en un futuro decida evitar ver las imágenes con antelación para dar rienda suelta a la vida y sus sorpresas. En este caso, ya lo había hecho, y es por ello que mis expectativas coqueteaban con la cima de la Torre Eiffel, misma que a la distancia desde la terraza del sky penthouse me haría entender que mientras hay lugares que se rinden a París, también existe un París que se rinde ante ciertos lugares. Hôtel de Pourtalès es uno de ellos.
Concebido en 1839 por Félix Duban —arquitecto de la École des Beaux-Arts— por encargo del banquero, diplomático y coleccionista suizo Conde James-Alexandre de Pourtalès, el edificio invita a contemplar la belleza del estilo neorrenacentista entre arcos, pilastras, frisos e incluso un patio interior que evoca los clásicos palacios toscanos.
Situado entre la iglesia de la Madeleine y y el bulevar Haussmann, Hôtel de Pourtalès fue rebautizado en 2019 por sus nuevos dueños (en 2010 se le conocía como hotel No Address, con huéspedes como Madonna, Leonardo Di Caprio y Prince). “Cerraron el lugar y se puso en marcha una reforma integral a cargo de la arquitecta francesa Agathe Labaye. Aunque Labaye cambió la decoración y el mobiliario, no quiso modificar la historia del edificio. Respetó el sitio con tonalidades frescas y muebles hermosos”, cuenta Kathelene Guerrache, directora de comunicaciones de Hôtel de Pourtalès, a Condé Nast Traveler Spain.
Poniendo en valor una coherencia estética entre el estilo tradicional del siglo XIX y la modernidad del siglo XXI, los espacios se reformaron por completo bajo la dirección del estudio Labaye Sumi (creado en el año 2018 por Agathe Labaye y la artista visual Florian Sumi); y recientemente se llevó a cabo la renovación de la fachada, con un respeto y cuidado que se corresponde a un edificio Patrimonio Mundial de la UNESCO.
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Hôtel de Pourtalès no deja indiferente a nadie con su propuesta conformada por dos habitaciones y nueve suites de 95 a 367 metros cuadrados. A través de siete plantas, un jardín en el patio central y terrazas ajardinadas tanto en la primera, como en las dos últimas plantas, su hipnotizadora intimidad estrecha lazos con un servicio de lujo formidable.
HÔTEL DE POURTALÈS: DONDE PREVALECE LA INTIMIDAD
¿Qué sucede cuando nuestras expectativas sobrevuelan los alrededores del cielo? Solo un puñado de parajes pueden cumplir con el máximo esplendor. Y Hôtel de Pourtalès definitivamente ingresa en esa categoría.
La cálida bienvenida se hizo notar varias semanas antes de llegar, porque desde el hotel deseaban conocer mis preferencias y organizar lo que necesitaría para sumergirme en su experiencia de hospitalidad a medida. No hay horario de check-in ni de check-out mencionaron, flexibilidad pocas veces vista…
El día de la tan anhelada fecha de descubrimiento (en la discreta recepción), estaban esperándome —con un júbilo inmejorable— Yulia y Daniela, dos de los doce integrantes del equipo que está disponible para prácticamente solucionar tu vida durante la estancia en Hôtel de Pourtalès.
Después de explicarme todo lo que contiene sky penthouse (dormitorio con vestidor y cuarto de baño en suite, dos habitaciones de invitados con cuarto de baño propio y una cocina totalmente equipada con vistas, entre un diseño que denota pasión por el detalle), solo quedaba, antes de disponerme a disfrutar todos los rincones con encanto, ordenar el desayuno para el día siguiente, que llegaría, por supuesto, con una puntualidad rigurosa. Cuando vayas, no olvides pedir la tostada de aguacate.
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Desde primera hora del día hasta el anochecer, la belleza ineludible de los tejados de París adquiere una dimensión incomparable desde la terraza y el jardín privado del sky penthouse. La iglesia de la Madeleine, Grand Palais, y la mismísima Torre Eiffel deslumbran con vigor a la distancia, sellando una de las vistas más sugerentes de la Ciudad de la Luz a escasas calles de dos visitas obligadas: Galerías Lafayette y el Palacio Garnier.
Vinculado siempre a su idiosincrasia de residencia, sus 4 categorías de apartamentos —de 1 habitación, de 2, de 3 y de 4 habitaciones— resultan toda una declaración de su sentido de la discreción y de la intimidad que quiere devolver ese espíritu acogedor del hogar.
La parte histórica del hotel que se remonta al siglo XVIII es conocida por albergar the historial penthouse, un espacio de 230 metros cuadrados conformado por arcos abovedados típicamente parisinos, un dormitorio con cuarto de baño en suite, dos dormitorios con cuarto de ducha, un lavadero, un comedor, y una cocina totalmente equipada.
Vale la pena mencionar que el único espacio que comparten los huéspedes es el centro fitness. Aun así, y como no podía ser de otra manera, los tratamientos de spa se efectúan en el mismo apartamento, o, si hay otro apartamento disponible, el tratamiento se prepara allí.
Tras experimentar durante tres noches la notable armonía del lujoso paraje, no pude evitar coincidir con Guerrache: “La intimidad y el sentido del hogar es trascendental en Hôtel de Pourtalès. Tenemos pequeños equipos para cuidar de los clientes. Te sientes como en casa desde que llegas al hotel, y tienes a alguien totalmente dedicado durante tu estancia. Los huéspedes nos eligen por la cocina, la posibilidad de contratar niñera, y el chef privado”.
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La excelente oferta gastronómica cuenta con el chef Gaston Savina. “Gaston es muy importante para nosotros porque está disponible para los huéspedes (es necesario reservar con anticipación). Puede cocinar para clientes individuales y también para eventos y firmas de lujo. Gaston personaliza todo, concibe un menú vegano completo si los clientes poseen alergias, y trabaja solo con productos de temporada”.
Me despido de unos días inolvidables con la certeza de que París es una ciudad que va más allá de los típicos sentimientos. Es enigmática cuando se sabe adónde ir. Es íntima. Es un refugio que te abraza cuando piensas que nadie más está allí. París es el lujo de antaño y la modernidad de sus creativos. La vida se ve diferente desde Hôtel de Pourtalès, y París lo sabe, de hecho, ambos lo saben.
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