El nuevo aeropuerto de Florencia estará coronado por un viñedo de siete hectáreas y media

La nueva terminal del aeropuerto de Florencia tendrá una cubierta con pendiente que albergará una enorme plantación de vides. No es solo un guiño a su situación, en La Toscana; también es la estrategia perfecta para aislar térmicamente el edificio.
Nueva terminal aeropuerto de florencia
Rafael Viñoly Architects

Famosa por albergar la Galería Uffizi y el célebre David de Miguel Ángel, Florencia, una verdadera città d'arte italiana, destaca también por su patrimonio vinícola. La urbe, declarada Patrimonio de la Humanidad por su vasto legado artístico y arquitectónico, es de hecho la capital de la región de la Toscana, una de las productoras mundiales de vino más reconocidas.

Por todo ello, no es de extrañar que el premiado estudio del uruguayo Rafael Viñoly, recientemente fallecido, haya decidido que ha de ser un viñedo lo que ocupe el tejado de la nueva terminal del aeropuerto de Florencia. Este ‘techo verde’ e inclinado, de más de 7,6 hectáreas, no solo se funde con el entorno de la región; también crea una cubierta vegetal perfecta para regular de la forma más ecológica posible la temperatura del edificio.

“En total, serán 38 las hileras de viñedos productivos que crecerán en el techo del edificio y, al mismo tiempo, proporcionarán excelentes características de aislamiento térmico que contribuyen a la calificación de sostenibilidad LEED Platinum a la que aspira el inmueble”, cuentan desde el estudio.

La nueva terminal del aeropuerto internacional Amerigo Vespucci rinde homenaje al patrimonio toscano local al tiempo que proporciona nueva infraestructura y servicios urbanos que mejoran el contexto urbano de la zona.

Rafael Viñoly Architects

Los viñedos serán cultivados y cosechados por uno de los principales viticultores de la región, y el vino se elaborará y envejecerá in situ en bodegas especializadas debajo del área donde el terreno comienza a inclinarse para convertirse en el techo de la terminal. Esta enorme superficie, que 'oculta' el aeropuerto cuando se la mira desde el Duomo de Brunelleschi y otros puntos estratégicos de la ciudad, contará con tragaluces para iluminar el interior del inmueble.

UN AEROPUERTO CLARO Y SENCILLO

Admitámoslo: la mayoría de los aeropuertos son muy difíciles de navegar. Es fácil tener pesadillas con su señalización no pocas veces deficiente, de la que hay que fiarse para recorrer lo que a menudo parecen distancias kilométricas -y en muchas ocasiones, con prisas-.

Los arquitectos del despacho de Viñoly han tenido en cuenta esta deficiencia, y pretenden paliarla con esta nueva incursión en el mundo de las terminales (también han creado la nueva terminal del aeropuerto de Carrasco, en Uruguay). “El diseño del nuevo aeropuerto también crea una sensación de pertenencia y mejora la experiencia de los pasajeros. Los aeropuertos suelen ser lugares confusos para moverse y carecen de un punto de enfoque experiencial debido a la forma en que suelen estar dispuestas las áreas de llegadas y salidas, ya sea una al lado de la otra o apiladas verticalmente”, explican.

Las estructuras lineales de hormigón prefabricado que contienen el suelo y el riego para sostener el viñedo están sostenidas por una red de columnas ramificadas que preservan la flexibilidad de diseño para los componentes internos de la terminal.

Rafael Viñoly Architects

¿Su idea? Colocar las llegadas y salidas una frente a la otra y conectarlas a través de un gran espacio público, a modo de piazza italiana, en el centro de la nueva terminal. De esta manera, el esquema organiza toda la circulación hacia y desde la terminal y el acceso al transporte público, al aparcamiento y al comercio minorista, sirviendo tanto a la comunidad local como a los viajeros.

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“A un lado de este espacio público, la zona de check-in a nivel conduce a un conjunto de escaleras mecánicas que se elevan ocho metros hasta una plataforma que contiene las áreas de inmigración, duty free, restaurantes y lounges. La plataforma pasa por encima de la piazza y las salas de llegadas para alcanzar una amplia sala de salidas cuyas puertas y recinto totalmente acristalado dan a la pista y a las colinas cercanas”, continúan desde el estudio de Rafael Viñoly.

Esta disposición crea un modelo de flujo de pasajeros que siempre es muy claro, porque los pasajeros pueden mantener una conexión visual con el lugar al que se dirigen. Quienes llegan, por ejemplo, pueden ver las salidas de la terminal hacia la piazza desde el momento en que entran a la pasarela, además de poder apreciar de un vistazo la distancia que deben recorrer antes de llegar al gran espacio público. Asimismo, las opciones de tránsito multimodal se han comprimido al máximo.

Vista exterior de la nueva terminal del aeropuerto.

Rafael Viñoly Architects

Más allá de esas soluciones, la nueva terminal, de 50.000 metros cuadrados y con capacidad para manejar casi seis millones de pasajeros al año, servirá para llevar a cabo otra actuación primordial: la de reorientar la pista 90 grados para alejarla de las colinas que limitan su operatividad para los aviones modernos, haciéndola, a su vez, más larga.

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