Malne: “La prenda perfecta está muy bien diseñada a nivel creativo, muy bien hecha a nivel técnico y, sobre todo, muy usada, porque nunca falla”

La conexión entre Paloma Álvarez y Juanjo Mánez (Malne), así como su papel dentro de la industria de la moda nacional, viene de lejos, pues juntos han trabajado con talleres, diseñadores, celebrities, modelos –como Linda Evangelista, Nieves Álvarez y Helena Christensen–, fotógrafos –como Vincent Peters, Satoshi Saikusa, Jacques Olivar y Juan Martín– y revistas desde hace años, consolidándose como una de las parejas creativas más prestigiosas del panorama nacional.

Sin embargo, no fue hasta el año 2016 cuando sintieron la necesidad vital y artística de crear algo propio, con sus propias directrices, sobre cómo ven la moda y el mundo. Así, avalados por su amplia trayectoria y experiencia como diseñadores, decidieron crear su propia firma, Malne, especializada en prendas de lujo personalizadas y en ediciones limitadas.

Su última colección, Revolution, presentada en el marco de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid (MBFWM), es “un estado de ánimo, un estilo propio, una fuerza imparable”, repleta de paillettes XL, los tejidos con acabados en brillo, siluetas masculinas, cortes militares y grandes volúmenes. Hablamos con ellos sobre moda, sostenibilidad, estilo y futuro.

CNT. ¿Cómo definirías la filosofía de la firma?

M. Autenticidad y exclusividad. Autenticidad porque es una firma que desde su origen ha planteado un modelo de negocio basado en principios éticos sostenibles y en libertad creativa. Y exclusividad porque nosotros entendemos la moda no como productos masificados en grandes series sino personalizados, con el sello de distinción de cada persona que viste un Malne.

CNT. ¿Cómo veis el panorama actual de la moda española? ¿Y su futuro?

M. La moda española siempre ha tenido grandes talentos creativos, y ahí tenemos la historia para hacernos justicia. Faltan ingredientes para que la moda española de un definitivo boom y esos ingredientes son dos, básicamente: una mayor cultura y vivencia de la moda por parte del público y una mayor industria e inversión para que el talento no quede sobre el papel.

La moda no es una inversión a medio ni a corto plazo. Eso lo entienden muy bien los grandes grupos financieros que sostienen la industria de la moda internacional. La moda produce bienes de consumo que, aliados con otros bienes y servicios del mismo target, crean un universo de delicadeza, cultura y bienestar.

Aquí aun hace falta ese tipo de inversión, si bien nosotros tenemos la suerte de tener una alianza con personas visionarias en el campo de los negocios, que han sabido detectar esa posible alianza entre un grupo que ofrece retiros vacacionales en lugares únicos, cuidados y restaurados con arte, y el arte de la moda. Hay historia por escribir y esperamos que esa historia la escriba Malne y los socios que componen la firma.

CNT. Habladnos de la colección que acabáis de presentar. ¿En qué os inspirasteis para crearla?

M. Unimos dos ideas creativas que tuvimos por separado: una gran fiesta era una idea y la otra era la idea de los elementos de sastrería que aportan los trajes militares. Estas dos ideas, poco compatibles en principio, se aliaron cuando acudimos a temas de fondo que nos interesan: ¿qué está pasando en el mundo? Nada sigue igual, si, todavía disfrutamos de una gran “fiesta” pero a la vez empiezan a surgir dudas sobre si hacemos lo mejor para el planeta, si el género es binario, si existen normatividades que ya no funcionan.

Y surgió Revolution: nada es lo que parece, detrás de toda la parafernalia de la fiesta en la que vivimos en el primer mundo, hay seres que luchan por sobrevivir, por reivindicar su raza, su identidad, que pelean por cambiar el curso del cambio climático.

De ahí ese escenario negro, pero a la vez brillante, que emula el vacío pero en el que brilla la esperanza de una luz, de ahí esas siluetas que rinden homenaje a los black panthers o esas mujeres que militan en un feminismo que logre una igualdad real en derechos y finalmente, el tributo a la alta costura, la fantasía, el medio de expresión que tenemos quienes somos artistas de la moda.

CNT. ¿Cómo es la mujer Malne?

M. Toda mujer es Malne en su interior. Es única, irrepetible, bella por sí misma. Nosotros amamos eso y descubrirlo, abrir un camino de posibilidades de expresar la personalidad a través de la ropa y los complementos. Que aquello que llevas puesto haga sentir tu verdadero yo.

CNT. ¿Cómo ha evolucionado la firma desde 2016 hasta hoy? ¿Qué cosas han cambiado y cuáles habéis mantenido?

M. La firma Malne se ha ido manteniendo fiel a sus principios y observando que, efectivamente, el mundo necesita reinventarse y dejar de producir masivamente sin sentido. Quizás ahora somos más comprendidos porque ya existe una corriente que busca la excelencia por encima del beneficio inmediato. La pandemia fue un enorme aviso de que debíamos tomar todos ese rumbo, el de la cercanía, el de dejar de maltratar el planeta. Ahora retomamos nuestro discurso con mayor fuerza si cabe y volvemos a París como La Maison Malne para regresar a exportar la marca más allá de España.

CNT. ¿Cómo es vuestro trabajo del día a día? ¿Cómo os compenetráis?

M. Creativamente somos almas gemelas. A nivel expresivo, uno es más abierto que el otro, que es más racional y menos impulsivo. Nos comunicamos casi sin hablar, como si tuviéramos una conversación constante e inaudible para el resto. Eso es una gran seguridad de que vamos los dos a disfrutar mucho y a expresar nuestro sentir a través del arte de la moda.

CNT. ¿Qué es lo más importante que os ha enseñado la moda hasta la fecha?

M. Evidentemente, la moda crea el mundo en el que vives. ¿Qué te viene a la cabeza cuando piensas en los años 70? Pantalones de campana, pelo afro, coches americanos… las personas que vivieron aquella década crearon la estética de ese momento. Eso sucede con la moda. Nos hemos hecho muy conscientes de que la moda crea el mundo en el que vivimos de una manera estética, y también de una forma ética.

Una camiseta que cuesta 20 euros existe en un mundo donde la producción de camisetas es masiva, deslocalizada y que crea enormes desigualdades y contaminación. Así que va siendo la hora de que los diseñadores y firmas de moda empecemos a pensar más en el mundo en el que queremos vivir, no sólo en qué combina con qué o cual es el color en tendencia.

CNT. ¿Va la moda actual y por tanto, las tendencias, demasiado rápido?

M. Aunque ambos somos muy intuitivos con la tendencia, nos parece más interesante el estilo. Las tendencias van y vienen y con la tecnología, ese ritmo se ha acelerado y ha creado un efecto de desdibujar a las personas, de manera que todas parecen la misma, posan con la misma actitud, se hacen las mismas operaciones estéticas, visten igual. El estilo tiene otra profundidad y otro ritmo, y ahora mismo nos apetece mucho más ese lenguaje.

CNT. ¿Qué debe tener una prenda para vosotros para ser perfecta?

La prenda perfecta es algo que está muy bien diseñado a nivel creativo y muy bien hecho a nivel técnico. Tenemos la suerte de que un equipo respalda nuestra creatividad con acabados y patronaje de un altísimo nivel, lo que nos permite ser aun más creativos, porque el equipo no pone límites, sino que respalda nuestras ideas y las llevan a cabo con maestría.

Ahora bien, la prenda perfecta de verdad es una prenda muy usada, una prenda que te hace sentir feliz cuando abres el armario porque es elegante, te sienta bien, te hace sentir especial, nunca te falla. Es una prenda que va a a ser heredada, porque es duradera y estilosa. La prenda perfecta es la que ha conseguido ser parte de tu vida y de ti.

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