La guía definitiva para planear un safari en familia

Los expertos en estos viajes a África nos cuentan todos los secretos para planear una experiencia única para toda la familia.
Safari en familia en Botsuana.
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Si estás planeando un viaje a África con niños, seguro que te has preguntado cómo de factible es un safari en familia. ¿Es una actividad adecuada para niños? ¿Qué debería priorizar a la hora de contratar alojamiento o guías? ¿Será una experiencia educativa para ellos? Para responder a estas cuestiones (y a otras que tal vez no se te hayan ocurrido), hemos consultado a expertos en este tipo de viajes para que nos cuenten, en su experiencia, qué debemos tener en cuenta para organizar un safari en familia que nunca olvidéis.

¿SON LOS SAFARIS ADECUADOS PARA NIÑOS?

En pocas palabras, sí. “No hay mejor aula que la naturaleza”, afirma Chris Wain de Africa Travel. “Si a tus hijos les gustan la naturaleza y las visitas al zoo, un safari en África será como un sueño hecho realidad. Además de ver en vivo y en directo a los protagonistas de El rey león, podrán avistar otros animales, de ballenas a suricatas, pasando por delfines y elefantes”.

Para los adultos, contar con niños en el safari lo vuelve más mágico, un poco como ocurre en Navidad. En opinión de Anita Powell (de Small World Marketing y muy experimentada en ir de safari con niños), “he tenido la suerte de vivir muchos safaris, pero ver la naturaleza a través de los ojos de mis propios hijos les dio una dimensión totalmente nueva. No hay nada como ver el asombro de un niño cuando tiene las cebras y las jirafas tan cerca que puede olerlas".

Estar con niños también puede sacar a nuestro niño interior. Dereck Joubert, CEO de Great Plains, cuenta que “podemos recordar la libertad, cuando éramos pequeños, de poder estar todo el día fuera, construyendo cosas con palos, pescando renacuajos y trepando árboles. Todos éramos un poco exploradores, y aún lo somos”.

Y los safaris los reciben con los brazos abiertos. Kyle Nobrega, especialista en exploraciones ubicado en Maun y guía profesional para Journeys By Design en Botsuana, comenta que “África es un continente para familias. La logística es fácil y hay muchísimas opciones de alojamiento y experiencias”.

Por último, pero no por ello menos importante, llevar a los niños de safari les inculca la importancia del mundo natural y de la necesidad de protegerlo, además de enseñarles que el turismo de conservación es una forma de hacer el bien en lugar de destruir.

Un safari puede enseñar a los niños lo importante que es el mundo natural y la necesidad de protegerlo.

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¿CUÁL ES LA MEJOR EDAD PARA HACER UN SAFARI CON NIÑOS?

Hay diversidad de opiniones. En teoría, se suele exigir una edad mínima de seis años; la mayoría de lodges tienden a aceptar niños a partir de esta edad, aunque algunos podrían poner como condición el uso de un vehículo privado (y eso es bueno, porque así no tendrás que preocuparte por si molestan a otros viajeros). Adriaan Erasmus, general manager para Cheetah Ridge y The Homestead en la reserva de fauna Nambiti de Sudáfrica, sugiere una edad de ocho años o más. “Más pequeños no siempre están listos para escuchar o seguir instrucciones, y además, en unas vacaciones tan caras vas a querer que tengan edad para recordarlas”.

Henrietta Loyd, fundadora y directora de Cazenove+Loyd, comparte esta opinión. “El safari implica días largos y agotadores, y es una experiencia demasiado cara para que toda la familia no la disfrute al máximo. Lo digo como alguien que se llevó de safari a un niño de cinco años que se subió al coche una vez y pasó la mayor parte del tiempo en la piscina o jugando con el perro del manager”.

Otros expertos tienen la opinión contraria. “La idea de que hay una edad específica para hacer un safari es errónea”, expresa Kyle de Nobrega. “Lo que buscas sacar de esta experiencia no tiene por qué ser recuerdos, sino un cambio en su interior que se integre en su carácter y que pase a formar parte de ellos, consciente o inconscientemente, durante el resto de su vida”.

Lisa Johnson, periodista de viajes que ha probado diferentes edades y tipos de safari con niños, señala que “si es cosa de una vez, yo esperaría hasta la secundaria, cuando los niños puedan procesar completamente la experiencia y aprender de ella. Estar en esos entornos enormes y salvajes puede tener una profunda importancia para los adolescentes, o incluso cambiarles la vida. Por lo demás, dependerá de lo relajada que esté la familia en la naturaleza y con poner la seguridad de sus hijos en manos de otros… y de si el niño puede mantenerse quieto y en silencio cuando se lo dicen. Cuando mi hija tenía cinco años le encantó interactuar con nuestros anfitriones masái: hacer collares de cuentas con las mujeres, subirse a los hombros de nuestro guía mientras hacíamos un safari a pie, coger en brazos un cabrito cuando visitamos un pueblo de la zona, bailar con los masái a la luz de la hoguera… A los siete años, le impresionó la inmensidad del paisaje y la majestuosidad de los grandes felinos, y le encantaron los monos. Ahora tiene once años y es una gran amante de África”.

Los expertos no se ponen de acuerdo en si existe una edad adecuada para hacer un safari con niños, aunque muchos operadores turísticos exigen un mínimo de seis años.

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¿CUÁLES SON LOS MEJORES PAÍSES PARA UN SAFARI EN FAMILIA?

Las opciones más clásicas son los cinco grandes hábitats, incluyendo Sudáfrica, Kenia, Tanzania, Namibia, Botsuana, Zimbabue y Zambia. Si es tu primera vez, la opción más recomendada por unanimidad es Sudáfrica. “No solo es un lugar en el que el presupuesto da para mucho”, comenta Anita Powell, “sino que a menudo hay más fauna y es relativamente fácil de ver, con lo que no tienes que estar traqueteando en coche durante horas. Y es fácil de combinar con una visita a Ciudad del Cabo, a la zona vinícola y a la costa”.

Los propietarios de Cazenove+Loyd, expertos en destinos, también votan por las “fabulosas reservas de vida salvaje, las montañas escarpadas y las sedosas playas” de Sudáfrica.

El cofundador y director de Mahlatini Luxury Africa Safaris Greg Fox se muestra de acuerdo. Recomienda mantenerse en la zona del Parque Nacional Kruger, donde “la mayoría de reservas privadas tienen programas para niños. Otra opción es el Cabo Oriental de Sudáfrica, que incluye unas pocas opciones económicas más y está libre de malaria”.

Chris Wain de Africa Travel aconseja estos lugares libres de malaria. “En Namibia está el Parque Nacional de Namib-Naukluft, el desierto más antiguo del mundo, y el Parque Nacional Etosha, el principal punto de vida salvaje del país, mientras que el Parque Transfronterizo de Kgalagadi ofrece la única experiencia de safari libre de malaria de Botsuana. En Sudáfrica está el Cabo Oriental, donde se encuentran las reservas privadas de caza de Shamwari, Amakhala, Kwandwe y Samara, y el Cabo Occidental, que acoge las reservas de caza de Sanbona, Aquila y Gondwana. En el noroeste está la reserva de fauna Madikwe, que también cuenta con varios lodges de safari excelentes y family-friendly”.

Wain tiene un par de sugerencias especiales en Sudáfrica. “La reserva de fauna Amakhala del Cabo Oriental es puntera gracias a sus programas y actividades especiales para familias en los lodges Hlosi y Woodbury”, cuenta, “y la reserva privada de naturaleza Grootbos, a dos horas de Ciudad del Cabo, no es uno de los territorios con los ‘grandes cinco’, pero cuenta con los ‘cinco’ marinos: ballenas, tiburones, delfines, pingüinos y focas”.

Para adolescentes y visitantes algo más experimentados, Kenia gana puestos. Kyle de Norbrega sugiere: “Kenia es extraordinaria para niños más mayores y adolescentes. Puedes explorar algunas zonas muy remotas en el norte e interactuar con tribus como los samburu, una forma increíble de que las mentes más jóvenes descubran la diversidad cultural de nuestro planeta”.

Anita Powell se muestra de acuerdo: “Siempre me ha parecido que Kenia es perfecta para una segunda visita. Me encanta su elemento cultural y humano. Conocer a las tribus y aprender sobre su estilo de vida es fascinante para los niños”. Para una tercera visita, dice que “Zambia y el Bajo Zambeze son imbatibles por la amplia variedad de actividades que ofrecen. Cada día puedes pescar, hacer safaris a pie, montar en canoa, comer en un banco de arena en medio del Zambeze… Las vistas de los animales son fenomenales, ya estés en barco o en tierra firme”.

Los expertos coinciden en recomendar Sudáfrica para un primer safari en familia.

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¿CUÁLES SON LOS MEJORES OPERADORES TURÍSTICOS PARA UN VIAJE EN FAMILIA?

Un buen operador turístico sabrá unir los deseos de los padres con lo que se ajusta más a las necesidades de un grupo familiar que podría incluir a un amplio rango de edades, desde abuelos hasta nietos.

Si bien algunas empresas se especializan en los viajes familiares, como Coral Tree Travel, ciertas operadoras familiares también organizan safaris, como Stubborn Mule (que organiza trekking con gorilas en Ruanda, fly camping en el salvaje norte de Kenia y mucho más).

Pero los mejores operadores de safari son muy hábiles a la hora de preparar experiencias centradas en la familia. Entre ellos se incluyen opciones como Journeys by Design, Aardvark Safaris, Africa Travel, Green Safaris, Yellow Zebra Safaris, Expert Africa y The Explorations Company. Los principales gestores de lodges (que reservarán los operadores) incluyen por ejemplo Great Plains, African Bush Camps, Wilderness, andBeyond, Natural Selection, Ultimate Safaris y Asilia Africa, y muchos operan también fuera del alojamiento, reservando transfers privados por aire y por tierra.

Los mejores operadores de safari son también muy hábiles a la hora de organizar safaris con niños.

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¿CUÁLES SON LAS OPCIONES DE ALOJAMIENTO PARA UN SAFARI EN FAMILIA?

Sobre todo, lodges con edificios de obra o tiendas de campaña, aunque los campamentos de tiendas móviles y las tiendas pop-up para safaris a pie dirigidos por guías privados y rastreadores están ganando popularidad entre los más aventureros.

Cuando vayas a elegir alojamiento, Kyle de Nobrega sugiere decantarse por aquellos que “se centran en las necesidades de las familias y cuentan con espacios amplios aptos para la unidad familiar, preferiblemente con piscina, en los que disfrutar los tiempos entre actividades”.

“También hay muchos campamentos y lodges con habitaciones interconectadas para familias”, señala Alice Gully, propietaria de Aardvark Safaris.

Es importante tener en cuenta que algunos niños no comen de todo. “Asegúrate de que el lodge tiene horarios de comidas y menús flexibles para los niños”, aconseja Will Bolsover de Natural World Safaris. “También les ayuda mucho si les das un aviso por adelantado de las preferencias alimentarias de los niños”.

Los lodges con espacios abiertos en los que los niños pueden correr y jugar en libertad sin la amenaza constante de los depredadores son un sueño hecho realidad, y lo ideal sería que también contara con un programa para niños. Los niños más pequeños no reaccionan bien a los trayectos interminables en coche en busca de animales, y puede ocurrir que vean al primer elefante y ya estén pidiendo volver al alojamiento. Para ellos, lo mejor es dar paseos, nadar en piscinas de piedra, dormir bajo las estrellas, hacer acampada libre, montar en quad, aprender a rastrear animales con el guía y hacer diferentes actividades a lo largo de los días.

La mayoría de los grandes nombres de la industria tienen en cuenta las necesidades de las familias: Wilderness ha diseñado programas para niños de entre seis y doce años, con actividades que van desde la búsqueda del tesoro y el fútbol masái a tocar los tambores y hacer safaris a pie; Great Plains ofrece el programa Jóvenes Exploradores, en el que guías con una formación especial enseñan a los huéspedes más jóvenes de ciertos campamentos a rastrear animales, a crear platos locales y joyería africana, a sobrevivir en la naturaleza y muchas otras habilidades. Ker & Downey tiene en Botsuana el programa Jóvenes Exploradores: cada familia se pone en manos de un especialista con un programa diseñado ad hoc.

¿ES BUENA IDEA HACER UN SAFARI PRIVADO CON NIÑOS?

Las villas privadas de safari están ganando popularidad entre aquellos que valoran especialmente la intimidad y la comodidad, lo que se traduce en villas de safari con guías, vehículos, chefs y a veces hasta spas privados, y casi siempre están apartados pero asociados a un lodge. También existe la posibilidad de reservar un microcampamento para uso exclusivo; en estos casos, los organizadores podrían hacer la vista gorda con la política de edad mínima.

House in the Wild, en Kenia, fue una de las primeras, y Mkombe's House, de Nomad, en el Serengueti, fue diseñada para familias con niños pequeños. Last Word Madikwe Bush House, en la reserva de fauna Madikwe, está en una zona libre de malaria; la antigua hacienda tiene cinco habitaciones y es ideal para una familia o un viaje multigeneracional. El campamento The Bush House está vallado para que los niños puedan explorar sin peligro (y también tiene un refugio subterráneo que da a una poza). Journeys by Design propone la casa de campo Sirkoi en Laikipia o Lagarai House.

Las villas de safari privadas también son cada vez más elegantes: Onduli Enclave aúna tres suites elevadas de uso exclusivo en Damaraland, Namibia, y está conectado con el cercano Onduli Ridge. Singita Milele ofrece cinco suites privadas en la reserva Grumeti de Tanzania, y Melote House, en la reserva Lapalala de Sudáfrica, es una magnífica opción para quienes buscan privacidad. “Los safaris privados en familia también pueden contratarse en Zambia”, cuenta Chris Wain. “Tanto Luangwa Safari House como Chongwe House y Tangala House cuentan con guías, personal y vehículos privados”.

Reservar una villa privada es una forma de darle al safari un extra de privacidad y comodidad.

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¿QUÉ APRENDEN LOS NIÑOS SOBRE CONSERVACIÓN EN UN SAFARI?

Los mejores lodges cuentan con guías y rastreadores increíbles que saben cómo hacer que los niños se sumerjan totalmente en la experiencia. El 1920s Camp de Cottar en el Masái Mara de Kenia se ha especializado en niños con su proyecto Budding Conservationist, que “forma” a los niños para ser guías, los empareja con los encargados de hacer patrullas, les enseña a identificar especies y les enseña aquellos proyectos que financia el lodge destinados a beneficiar a la comunidad local.

¿QUÉ DEBERÍA LLEVAR EN LA MALETA PARA HACER UN SAFARI CON NIÑOS?

Nuestra recomendación es que, aparte de las cosas esenciales, intentes viajar ligero. Los lodges de safari no suelen lavar la ropa interior, pero sus servicios de lavandería son muy eficientes. Más que en otro tipo de vacaciones, los safaris son un momento ideal para llevar materiales para un scrapbook, ya que merece la pena llevar un registro de la experiencia. Anita Powell recomienda llevar también walkie-talkies. “Las habitaciones suelen tener teléfono, pero a veces, si es un campamento, estas pueden estar bastante separadas, y es muy útil para poder comunicarse con los niños… sobre todo si estos oyen a un león cerca de su cuarto en plena noche”. Chris Wain sugiere “un libro de identificación de especies a la antigua usanza, y unos prismáticos y una cámara sencilla nunca falla a la hora de mantener a los pequeños ocupados”. También recomienda llevar regalos para el colegio local: “Agradecerán recibir artículos de papelería, libros, juegos, equipamiento deportivo, iPads y portátiles que ya no uséis, y esto permitirá a los pequeños conectar con niños de la zona”.

No todas las especies son igual de fáciles de ver en un safari.

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OTROS CONSEJOS

Contar con un vehículo privado es ideal por la flexibilidad que otorga (y permite a los niños ser un poco más libres con su comportamiento). Algunos lodges podrían insistir en este punto.

Si quieres un destino sin malaria, busca información y mapas de malaria actualizados para cada país. La situación de esta enfermedad varía según la región, así que pregunta al lodge, más que al operador, y toma decisiones responsables.

Adriaan Erasmus, general manager de Cheetah Ridge y The Homestead en la reserva Nambiti de Sudáfrica, apunta que quedarse más tiempo en cada destino cuando viajas con niños podría conllevar una experiencia más relajada que volver a guardarlo todo en la maleta y moverse de lugar cada pocos días.

Nicky Coenen, managing director de Last Word, sugiere “animar a tus hijos a ver un documental de vida salvaje o dos o a hojear un libro de fotografía de fauna para familiarizarse con lo que van a conocer en persona”.

Ver fotos: Safari en Botswana​

“Intenta que las expectativas sean realistas”, aconseja Chris Wain. “Los niños necesitan entender que algunas especies son más difíciles de avistar que otras. Es fácil ver a las jirafas, las cebras y las gacelas, pero no tanto avistar leones, leopardos y guepardos”.

Kyle de Norbrega nos da el último consejo: “Mantén la mente abierta mientras viajas y no temas enseñarle a tus hijos, tengan la edad que tengan, este lugar del que vino la especie humana. Esta puede ser una de las experiencias más formativas de la vida de un niño”.

Este artículo se publicó en marzo de 2024 en Condé Nast Traveller UK.

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