Festival de Málaga: el cine en español que viaja

La 26 edición del certamen malagueño vuelve a ser un buen escaparate de lo que veremos (y hablaremos) a lo largo del año. 
Empieza el baile
Empieza el baile

Cinco lobitos fue la ganadora de la Biznaga de Oro el año pasado en el Festival de Málaga (del 10 al 19 de marzo). Las niñas ganó hace dos. Verano 1993, de Carla Simón, se lo llevó en 2017. 10.000 km, en 2014. Y así podemos seguir. Pero lo de los años más recientes es muy claro. El certamen de cine iberoamericano (porque desde el año pasado incluye películas no solo de España en su Sección Oficial) ha ganado en relevancia. Ha ganado peso como lanzadera de esos títulos de los que nos pasamos hablando luego meses. 

Y este año también tiene pinta muy bien. Entre la selección a concurso y las paralelas encontramos películas de las que seguro acabaremos viendo en los premios. Y de las que seguro hablaremos más en Traveler, por sus espacios y paisajes, por ser un viaje en sí mismas, por abrirnos el apetito o ventanas a mundos y emociones nuevas. 

20.000 especies de abejas.

Un poco englobado en ese viaje total, estaría 20.000 especies de abejas, de Estibaliz Urresola Solaguren, que llega a Málaga después de que su actriz protagonista Sofía Otero se alzara con el premio de mejor interpretación protagonista en el pasado Festival de Berlín. Un pueblo en el País Vasco, un verano, una niña, Lucía, una madre, una abuela, una tía abuela… Una colmena de mujeres trabajadoras y unidas.  

Otra que viene con tirón de premio es Els Encantats, en este caso, porque la protagoniza Laia Costa, la flamante ganadora del Goya por Cinco lobitos. Además, dirige Elena Trapé que ya triunfó en Málaga con Las distancias en 2018. Aquí, Costa es una madre separada, que decide volver a un pueblo de montaña en el Pirineo para reencontrarse consigo misma en los primeros días sin su hija. La montaña siempre metáfora vital.

Els encantats.

Y entre montañas se mueven también los protagonistas de Empieza el baile, de Marina Seresesky, una comedia y road movie entre las montañas a la altura de Mendoza. Dos viejos compañeros de tango (Darío Grandinetti y Mercedes Morán) comparten viaje con su amigo Pichuquito (Jorge Marrale). Risas ácidas y paisajes bonitos.  

De viajes, o casi, en busca de nuevas vidas también va Upon Entry (La llegada), una pareja, urbanista (Alberto Ammann) y bailarina (Bruna Cusí) se mudan a EE UU, pensando que tienen sus papeles en regla, llegan allí y son retenidos en la aduana del aeropuerto de Newark. Esa pesadilla que todos tenemos (y algunos hemos pasado).

Empieza el baile.

MUY CERCA 

Hay otros títulos que se quedan en su lugar de origen y lo entretejen en la historia para resaltarlo no solo como fondo y escenario. Es el caso de La desconocida, de Pablo Maqueda, clausura del Festival. Adaptación de la obra Grooming, de Paco Bezerra, protagonizada por Laia Manzanares y Manolo Solo, reivindica el barrio de La Elipa como cinematográfico y fotogénico, ese dragón. Y también la Casa de Campo.

La desconocida.

Daniel Mayrit

Madrid también es el gran escenario de Alguien que cuide de mí, el debut en la dirección de la escritora Elvira Lindo, acompañada por Daniela Fejerman. Tres generaciones de actrices, el teatro y la ciudad.  

No muy lejos en distancia real, pero sí espiritual se va en Tierra de nuestras madres, que promete ser una de las sorpresas del Festival. Proyectada en Zonazine, muestra el universo surreal y rural manchego en su esencia.  

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Y Galicia no podía faltar, porque últimamente es una de las Comunidades favoritas el cine. Tanto en Matria, que también se estrenó en la Berlinale, como en Sica, la costa gallega, sus vientos, sus aires, su mar azotan el drama familiar. Mares temáticos también familiares pero muy distintos los de Matar cangrejos, situada en Tenerife. 

Alguien que cuide de mí.

MÁS LEJOS 

La apertura del Festival al mundo cinematográfico iberoamericano también amplía kilómetros y paisajes. En Las hijas, de Kattia G. Zúñiga, viajamos de Costa Rica a Panamá. También se sitúa en San José, Costa Rica, El año que nací, de Daniel González-Muniz.

En Zapatos rojos, de Carlos Eichelmann Kaiser, contemplaremos las montañas mexicanas. Y en un pueblo interior de Brasil se sitúa Saudade fez morada aquí dentro, de Haroldo Borges. En La pecera, que pasó por Sundance, veremos Vieques, en Puerto Rico y su Marina contaminada por la actividad militar estadounidense.  

ABRIENDO BOCA 

Cinema Cocina es una sección que va ganando atención en Málaga (como en otros festivales donde se han lanzado a introducir la gastronomía y el cine). Cortometrajes, mediometrajes y algunos largos, incluso de ficción, como Esperando a Dalí, ambientada en el Cadaqués de los años 70, donde un joven cocinero se muda y revoluciona con su cocina inspirada por el lugar que también encantó al pintor.

Esperando a Dalí.

Entre los otros títulos, una ruta cervecera artesanal por Segovia, Birra en ruta; Cocina aural, un proyecto entre un grupo de personas con discapacidad visual uniendo recetas y creación sonora. Familia y recetas heredadas en el corto Comezainas; María Jesús, una quesera veterana del Baztán en Etxetxipia; los vinos experimentales y nómadas de Olivier Verdier en Du vin dans les voiles y los primeros bodegueros en Pioneros del vino en Ronda.

Cartel del 26 Festival de Málaga.

Festival de Málaga

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