48 horas en Kuala Lumpur

Aunque suene a tópico, la capital de Malasia es un auténtico crisol de culturas que sorprende mucho más allá de sus famosas e interminables Torres Petronas.
48 horas en Kuala Lumpur
Ash Edmonds / Unsplash

Kuala Lumpur posee uno de los aeropuertos más transitados de una de las regiones más turísticas del mundo: el Sudeste Asiático. Este hecho convierte a la moderna urbe en una parada casi obligatoria para trasbordos de vuelos y otros menesteres implícitos en los largos viajes de Occidente a Oriente. Sin embargo, no debemos cometer el error de pasar por ella de puntillas, con la mochila o maleta a cuestas, con prisas y sin mirar atrás.

Kuala Lumpur es un auténtico tesoro por descubrir. Una ciudad que bien merece nuestra atención durante, al menos, un par de días. Tras su perfil de grandes rascacielos y modernos, y refrigerados, centros comerciales, se esconde una ciudad donde la intensa y profunda mezcla cultural se deja sentir en cada barrio, cada calle, cada esquina.

Torres Petronas, Kuala Lumpur, Malasia.Thana Gu / Unsplash

Un lugar donde las mezquitas se levantan junto a templos budistas o hindúes, y en el que podemos viajar, a través de la gastronomía, a más de una decena de países moviéndonos entre cinco o seis calles.

Caminando por Kuala Lumpur escucharemos lenguas diversas; observaremos atuendos occidentales, malayos, chinos, hindúes, indonesios o filipinos; y la voz de los muecines llamando a la oración será la banda sonora de atardeceres inolvidables en terrazas con vistas a la ciudad. Descubramos toda su maravillosa esencia en estas 48 horas en Kuala Lumpur.

DÍA 1 EN KUALA LUMPUR

Merece la pena madrugar en nuestra primera mañana en Kuala Lumpur para visitar uno de sus atractivos turísticos y religiosos más icónicos y fotografiados. Se trata de las Cuevas de Batu. Situadas a tan sólo 15 kilómetros del centro, es muy sencillo llegar a este famoso santuario hindú, pues hay una parada de metro justo al lado. Las cuevas naturales de Batu están formadas por rocas calizas de más de 400 millones de años de antigüedad, pero fueron descubiertas en el último cuarto del siglo XIX.

Escaleras a Batu Caves, Malasia.Charles O. Cecil / Alamy Stock Photo

Dándonos la bienvenida al recinto hallaremos una imponente estatua dorada de más de 40 metros de altura que representa al belicoso dios hindú Murugan, vástago de Shiva y Parvati. A partir de este punto comienza la ascensión de los 272 peldaños de una colorida escalera que hace las delicias de los fans de Instagram.

La cueva principal se encuentra a unos 100 metros de altura y en ella podremos admirar distintos santuarios, estatuas y un buen número de pequeños monos que no tienen miedo de la gente y se acercarán a nosotros. Cuidado con ellos, pues suelen robar los objetos que le llaman a la atención, como móviles, gorras, gafas de sol o joyas.

Las cuevas de Batu suelen estar repletas de gente durante todo el día. Por ello, el mejor momento para visitarlas es a primera hora de la mañana, casi en total soledad y con el mayor recogimiento posible para apreciar su belleza. Después, para imbuirnos un poco más del ambiente hindú, llega el momento de regresar al centro de la ciudad y dar una vuelta por el colorido y aromático barrio de Little India. Realmente, el nombre de la zona es Brickfields, pero todo el mundo le conoce por su apelativo común.

Tienda de saris en Brickfields, Little India.Sergio Martínez

La calle Tun Sambanthan es el corazón de un barrio en el que afloran las tiendas de especias, coloridas flores y saris hindúes, joyerías, tiendas de ropa hindú y restaurantes en cuyas cocinas se preparan sabrosos y deliciosos curris acompañados de lentejas, verduras, arroces y carnes.

La mayoría de los habitantes de Brickfields son malayos descendiente de indios que llegaron al país varios siglos atrás, gracias a las intensas relaciones comerciales que siempre existieron entre la India y Malasia o como mano de obra utilizada por los británicos durante los siglos de su ocupación en ambas naciones.

Tras comer en esta zona, podemos emplear la tarde para pasear por el parque KLCC, una céntrica zona verde por la que la gente local suele pasearse un rato mientras admira la imponente silueta de las famosas Torres Petronas. Si el atardecer nos sorprende aquí, merecerá la pena esperar un poco más para ver las torres iluminadas.

Las Torres Petronas desde el restaurante NobuSergio Martínez

Sin embargo, la vista nocturna será aún mejor si nos tomamos una copa en el Heli Lounge Bar, un original local que ofrece una terraza en un antiguo lugar de aterrizaje para helicópteros. Desde ella se pueden contemplar las Torres Petronas, la Torre KL y el resto de rascacielos de la ciudad.

DÍA 2 EN KUALA LUMPUR

Comenzamos la segunda jornada descubriendo un oasis de verdor y tranquilidad entre el caos y el cemento típico de cualquier capital asiática. Nos referimos al inmenso parque de Lake Gardens.

A pesar de tener una extensión de cerca de 90 hectáreas y encontrarse en pleno centro de la ciudad, no son tantos los viajeros que llegan a conocer su existencia. Incluso pasa desapercibido para muchos de los trabajadores de la zona. Creado en 1888 alrededor de un gran lago artificial, el parque de Lake Gardens ofrece un sinfín de opciones de entretenimiento para todos.

Si nos apetece darnos una carrera por Kuala, no hay mejor lugar que este. De hecho, nos cruzaremos con decenas de corredores en casi cualquier momento del día.

Lake Gardens, Kuala Lumpur, Malasia.Eugene Production / Unsplash

También hay varias áreas de entretenimiento para niños, máquinas para hacer gimnasia, un jardín botánico repleto de orquídeas y en el que habitan algunos monos, un parque para ornitólogos –el KL Bird Park, con más de 3.000 aves en su interior– y otro para los amantes de las mariposas –KL Butterfly Park, donde habitan, entre más de 15.000 plantas tropicales, más de 6.000 mariposas de 120 especies diferentes–, estanques por los que puedes dar un paseo en barca o patín de agua, puestos de comida y muchas atracciones más.

Tras tomar este respiro y al sentir el húmedo calor que suele preceder a la tarde, es una buena idea acercarse a uno de los mejores museos para entender la cultura islámica en Malasia y otros lugares del mundo.

Se trata del Museo de Arte Islámico de Malasia (IAMM), considerado como el embajador de este tipo de arte en la región del Sudeste Asiático. Inaugurado en 1998, consta de una docena de galerías en las que se exhiben objetos, cuadros, maquetas de mezquitas y muchas otras cosas que muestran la evolución del arte islámico durante el último milenio en Malasia, el Sudeste de Asia e incluso algunos puntos de África.

Conforme el día se va fundiendo con la noche, dejamos el aire acondicionado del museo para disfrutar del trasiego y el bullicio propio del barrio de Chinatown.

Jalan Alor, Kuala Lumpur, Malasia.Job Savelsberg / Unsplash

El barrio chino de Kuala Lumpur es un lugar auténtico repleto de restaurantes, con un gran mercado central en el que puedes encontrar casi de todo y con llamativos templos de distintas religiones, entre los que destaca el Sri Mahamariamman, el cual, siendo fundado en 1873, posee el honor de ser el templo hindú más antiguo de la capital de Malasia.

Una buena despedida para un periplo de 48 horas en Kuala Lumpur es probar algunas de las infinitas opciones gastronómicas que ofrece el popular –y, frecuentemente, abarrotado– mercadillo de Jalan Alor. En el pasado fue un barrio rojo, pero hoy en día es un lugar ideal para probar las delicias de la cocina malaya en humildes terrazas con mesas bajas de plástico rodeadas de taburetes.

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Además, aquí no sólo podremos comprobar la variedad de la comida de Malasia, sino también la gran diversidad cultural del país en sí mismo. Y es que, en Jalan Alor se mezclan los turistas con gente local de todas las etnias y razas posibles. Un lugar donde aromas, sabores y colores crean una atmósfera que resume a la perfección la idiosincrasia de Kuala Lumpur, una ciudad que no debemos pasar por alto.

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